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sábado, 24 de octubre de 2009

viernes, 23 de octubre de 2009

El Doctor Sir Luke Fildes Feliz Día del Médico

Esta obra se puede observar en la margen izquierda de esta columna
Óleo sobre tela; 166'3 x 241'9 cm.Tate Gallery. Londres. Gran Bretaña.

Esta es una de las pinturas de tema médico más conocida y siempre ha despertado en mí un intenso sentimiento de emoción.
En plena época victoriana, el médico parece esperar la crisis de la enfermedad del niño enfermo, después de una noche en vela (la claridad del alba parece vislumbrase por las rendijas de la ventana cerrada).
En actitud meditabunda, la mano en el mentón, reclinado sobre el paciente parece estar dispuesto a esperar el tiempo que haga falta hasta el desenlace de la enfermedad que le ha obligado a pasar la noche fuera de casa.
El niño enfermo, duerme en una improvisada camilla sobre dos sillas. Una taza de café o té sobre la mesa. Un frasco de jarabe medio lleno.
La madre derrumbada y agotada por la angustia y la espera, recuesta su cabeza sobre la mesa.
En la penumbra del fondo, el padre se mantiene de pie y coloca su mano en el hombro de la madre, en un intento de confortarla y de buscar apoyo. Su mirada parece estar más atenta de la expresión de la cara del médico que de su hijo.
Siempre me han impresionado dos cosas de este cuadro, por lo difícil que a mí mismo me resulta lograrlas en situaciones parecidas. De un lado, la serenidad del médico ante una situación grave, que parece comprometer seriamente la salud del enfermo. De otra, la capacidad de esperar el desenlace de la enfermedad cuando se ha hecho ya todo lo que era posible hacer. Cuando hago avisos a domicilio en casos urgentes o visito a pacientes terminales gravemente enfermos, esta imagen siempre me viene a la cabeza y me gustaría que con el recuerdo también me proporcionaran las cualidades que tanto envidio.



The Doctor (Sir Luke Fildes, 1891)9/06/08
"En plena época victoriana, el médico parece esperar la crisis de la enfermedad del niño enfermo, después de una noche en vela (la claridad del alba parece vislumbrase por las rendijas de la ventana cerrada).En actitud meditabunda, la mano en el mentón, reclinado sobre el paciente parece estar dispuesto a esperar el tiempo que haga falta hasta el desenlace de la enfermedad que le ha obligado a pasar la noche fuera de casa.El niño enfermo, duerme en una improvisada camilla sobre dos sillas. Una taza de café o té sobre la mesa. Un frasco de jarabe medio lleno.La madre derrumbada y agotada por la angustia y la espera, recuesta su cabeza sobre la mesa.En la penumbra del fondo, el padre se mantiene de pie y coloca su mano en el hombro de la madre, en un intento de confortarla y de buscar apoyo. Su mirada parece estar más atenta de la expresión de la cara del médico que de su hijo."Es una imagen bastante conmovedora, cuando no se puede hacer nada, es algo frustrante pero siempre hay que acompañar, a tu paciente, bueno eso es algo que no he dejado de hacer desde el comienzo, desde que empece a aventurarme a ser médico.... Bueno,Algo que lei que me motiva bastante, del gran semiologo Santiago Soto:¿Qué tienes en las manos?Sólo un estetoscopio. Nada más.Sólo un estetoscopio. Nada menos.¿Imaginaste alguna vez que llegarías a ser doctor? ¿Soñaste alguna vez con darle cura a un paciente?Tal vez; mirando una nube correr en el cielo, te viste corriendo en la vida. Tal vez mirando una flor la imaginaste como un remedio no descubierto para una dolencia incurable.¿Qué tienes en las manos?Sólo esperanzas de ser mejor. Nada más.Sólo anhelo de consolar. Nada menos.Entonces ya puedes empezar a ser doctor; con tu estetoscopio y el consuelo podrás caminar por la dura senda del dolor, del dolor del otro que te horadará la razón y el cuerpo y te remecerá la vanidad del corazón de doctor que tienes enterrado en el pecho. El dolor del otro, cuando no puedas descubrirlo en su origen ni logres acallarlo con tus remedios, te deshojará el árbol de la soberbia que llevas contigo y lo dejará desnudo esperando reavivarse con la primavera del consuelo.¿Qué tienes en las manos?Sólo afanes de curar. Nada más.Sólo afanes de curar. Nada menos.Con el estetoscopio, el consuelo y el afán de curar, ve al encuentro del que te busca. Muchas veces no te servirán el estetoscopio ni el afán de curar; pero el consuelo, con el cual debes llenar tu maletín de doctor, nunca lo olvides y derrámalo aunque estés tú desconsolado.¿Qué tienes ahora?Tu vocación de doctor a la cual deberás acudir siempre para conocer el alma del que busca tu ayuda.¿Qué tienes en las manos?Nada; es mucho para comenzar a ser médico y convertir esa nada en todo para el que te busca.Santiago Soto ObradorMédicoEs esa la respuesta, el motivo, llama que enciende las cosas?, podría ser. Pero es eso lo que me llama, motiva y enciende...Bueno sigo estudiando, consciente de esto