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domingo, 8 de noviembre de 2009

Ser Médico

SER MEDICO
En estos días he estado reflexionando, en que es ser médico, y lo primero que pienso es en la VOCACION, que viene del Latín Vocare, llamado, si viene de sentir el llamado, de sentir la necesidad, de sentir la pasión, de sentir el orgullo, de sentir la humildad, de sentir la satisfacción del deber cumplido, de sentir el honor de llamarse Médico.
Y si de verdad quiere uno ser Médico, debe uno tener también la actitud de quererlo ser y poner todo de nuestra parte para lograrlo, y lograrlo bien, para ser no solo un médico más, sino un Buen Médico.
Nosotros los Médicos no somos burócratas, somos Médicos, estamos hechos de otro material, de otra TEMPLANZA, de otra madera, no tenemos horario, somos Médicos de Tiempo Completo, y debemos formarnos con esa actitud, debemos recordar que la actitud, más que la aptitud, determina tu altitud, y la altitud de un buen médico es inmensa.
Recuerdo que muchos de mis maestros me contaban como iban desde estudiantes y tratar de estar lo más posible en un hospital, iban a las guardias y ahí se hacían amigos de los residentes y de los internos e iban aprendiendo poco a poco, día a día, minuto a minuto, se trataban de hacer indispensables, para poder así aprender cada día más , no les importaban los horarios, imagínese usted que está operando y dan las horas de la salida, ya me imagino a un médico mediocre, queriendo dejar la cirugía porque es hora de la salida, pobre medicucho, no debería estar ben esta profesión.
Es muy importante para el Médico estar lo más que pueda dentro de un Hospital es esencial, a veces esta uno cansado, fastidiado, lo molestas los de mayor jerarquía, lo castigan, pero esto es pasajero, es algo colateral, que no debe distraer al Médico de su camino que es aprender medicina, decía un maestro mío muy querido, el Dr Efraín Vázquez Benítez, en los libros se estudia medicina, pero en los pacientes se aprende la medicina, entonces si un médico, lo que quiere es salir corriendo de un hospital, como algunas veces veo, pues qué clase de Médico va a ser ese, mejor que se cambie de profesión, La carrera de Medicina es Muy Dura, si no les gusta pues que se vayan.
Es muy importante para un médico y más para un médico en formación (MIPS), que vean pacientes, que platiquen con ellos, que los revisen, que los conozcan, que los consuelen, que los ayuden, en esos m omentos son sus pacientes y tenemos la obligación de ver por ellos, y si yo los sigo llamando pacientes , que quiere decir los que padecen algo, y el médico también debe de compadecerse de ellos, (padecer con ellos), y usar la empatía para que surja una adecuada relación médico paciente, que hoy en día es tan importante y que se ha olvidado un poco.
Debemos de humanizar la medicina, nuestros pacientes no son máquinas, ni robots, son seres humanos, que en los momentos de enfermedad necesitan no solo a un Médico indiferente, necesitan un Médico Humanizado.

sábado, 24 de octubre de 2009

viernes, 23 de octubre de 2009

El Doctor Sir Luke Fildes Feliz Día del Médico

Esta obra se puede observar en la margen izquierda de esta columna
Óleo sobre tela; 166'3 x 241'9 cm.Tate Gallery. Londres. Gran Bretaña.

Esta es una de las pinturas de tema médico más conocida y siempre ha despertado en mí un intenso sentimiento de emoción.
En plena época victoriana, el médico parece esperar la crisis de la enfermedad del niño enfermo, después de una noche en vela (la claridad del alba parece vislumbrase por las rendijas de la ventana cerrada).
En actitud meditabunda, la mano en el mentón, reclinado sobre el paciente parece estar dispuesto a esperar el tiempo que haga falta hasta el desenlace de la enfermedad que le ha obligado a pasar la noche fuera de casa.
El niño enfermo, duerme en una improvisada camilla sobre dos sillas. Una taza de café o té sobre la mesa. Un frasco de jarabe medio lleno.
La madre derrumbada y agotada por la angustia y la espera, recuesta su cabeza sobre la mesa.
En la penumbra del fondo, el padre se mantiene de pie y coloca su mano en el hombro de la madre, en un intento de confortarla y de buscar apoyo. Su mirada parece estar más atenta de la expresión de la cara del médico que de su hijo.
Siempre me han impresionado dos cosas de este cuadro, por lo difícil que a mí mismo me resulta lograrlas en situaciones parecidas. De un lado, la serenidad del médico ante una situación grave, que parece comprometer seriamente la salud del enfermo. De otra, la capacidad de esperar el desenlace de la enfermedad cuando se ha hecho ya todo lo que era posible hacer. Cuando hago avisos a domicilio en casos urgentes o visito a pacientes terminales gravemente enfermos, esta imagen siempre me viene a la cabeza y me gustaría que con el recuerdo también me proporcionaran las cualidades que tanto envidio.



The Doctor (Sir Luke Fildes, 1891)9/06/08
"En plena época victoriana, el médico parece esperar la crisis de la enfermedad del niño enfermo, después de una noche en vela (la claridad del alba parece vislumbrase por las rendijas de la ventana cerrada).En actitud meditabunda, la mano en el mentón, reclinado sobre el paciente parece estar dispuesto a esperar el tiempo que haga falta hasta el desenlace de la enfermedad que le ha obligado a pasar la noche fuera de casa.El niño enfermo, duerme en una improvisada camilla sobre dos sillas. Una taza de café o té sobre la mesa. Un frasco de jarabe medio lleno.La madre derrumbada y agotada por la angustia y la espera, recuesta su cabeza sobre la mesa.En la penumbra del fondo, el padre se mantiene de pie y coloca su mano en el hombro de la madre, en un intento de confortarla y de buscar apoyo. Su mirada parece estar más atenta de la expresión de la cara del médico que de su hijo."Es una imagen bastante conmovedora, cuando no se puede hacer nada, es algo frustrante pero siempre hay que acompañar, a tu paciente, bueno eso es algo que no he dejado de hacer desde el comienzo, desde que empece a aventurarme a ser médico.... Bueno,Algo que lei que me motiva bastante, del gran semiologo Santiago Soto:¿Qué tienes en las manos?Sólo un estetoscopio. Nada más.Sólo un estetoscopio. Nada menos.¿Imaginaste alguna vez que llegarías a ser doctor? ¿Soñaste alguna vez con darle cura a un paciente?Tal vez; mirando una nube correr en el cielo, te viste corriendo en la vida. Tal vez mirando una flor la imaginaste como un remedio no descubierto para una dolencia incurable.¿Qué tienes en las manos?Sólo esperanzas de ser mejor. Nada más.Sólo anhelo de consolar. Nada menos.Entonces ya puedes empezar a ser doctor; con tu estetoscopio y el consuelo podrás caminar por la dura senda del dolor, del dolor del otro que te horadará la razón y el cuerpo y te remecerá la vanidad del corazón de doctor que tienes enterrado en el pecho. El dolor del otro, cuando no puedas descubrirlo en su origen ni logres acallarlo con tus remedios, te deshojará el árbol de la soberbia que llevas contigo y lo dejará desnudo esperando reavivarse con la primavera del consuelo.¿Qué tienes en las manos?Sólo afanes de curar. Nada más.Sólo afanes de curar. Nada menos.Con el estetoscopio, el consuelo y el afán de curar, ve al encuentro del que te busca. Muchas veces no te servirán el estetoscopio ni el afán de curar; pero el consuelo, con el cual debes llenar tu maletín de doctor, nunca lo olvides y derrámalo aunque estés tú desconsolado.¿Qué tienes ahora?Tu vocación de doctor a la cual deberás acudir siempre para conocer el alma del que busca tu ayuda.¿Qué tienes en las manos?Nada; es mucho para comenzar a ser médico y convertir esa nada en todo para el que te busca.Santiago Soto ObradorMédicoEs esa la respuesta, el motivo, llama que enciende las cosas?, podría ser. Pero es eso lo que me llama, motiva y enciende...Bueno sigo estudiando, consciente de esto

sábado, 23 de mayo de 2009

Diez Razones para ser Científico

Ningún gobierno de México atiende la ciencia y la tecnología: Pérez Tamayo

En México nunca ha existido un verdadero plan general de desarrollo para el país por parte de los gobiernos a fin de promover la ciencia y la tecnología. “En ningún sexenio de los que me ha tocado vivir como ser consiente ha habido un plan, sólo han existido planes sexenales, pero tampoco se han cumplido”, asegura el científico y Doctor Ruy Pérez Tamayo, quien también es jefe del Departamento de Medicina en el Hospital General de la Ciudad de México, investigador y profesor emérito de diversas universidades en el mundo.La respuesta la suelta por una pregunta que le formuló uno de los estudiantes del Tecnológico de Monterey, Campus Morelia, al término de su conferencia magistral “Diez razones para ser científico”. En resumen plantea que en México no se ha prestado la suficiente atención a la ciencia y a la tecnología. “Es una situación de emergencia que no se va a resolver en este régimen tampoco, por lo que podemos ver”.Aprieta un tanto más la tuerca cuando el periodista le pregunta qué visión tiene de los gobernantes y diputados que deciden los presupuestos para el desarrollo científico y tecnológico. Responde ecuánime. “No tienen la suficiente información para obrar a favor del desarrollo del país; si la tuvieran, me sorprendería muchísimo que actuaran como actúan. Prefiero opinar que se debe a ignorancia y no a mala fe”.Aunque señala que al final del porfiriato y en algún momento del mandato del ex presidente Carlos Salina de Gortari se prestó un poco más de atención al gremio, asegura que la “desatención, desinterés y falta de apoyo” permanece en todos los gobiernos. Eso sí, señala, en los discursos políticos siempre se habla de más recursos al sector, pero al momento de fijar los presupuestos eso desaparece.Desde su visión, es la ignorancia la que produce la crisis y es que asegura que en estos momentos de estragos financieros la necesidad de investigar no está supeditada o limitada a los tiempos de crisis. “Las crisis ocurren porque no tenemos suficientes conocimientos, si tuviéramos suficientes conocimientos, si tuviéramos un plan de ciencia, no tendríamos crisis”.Durante su conferencia, que despertó en varias ocasiones los aplausos de los presentes, expone las diez razones para ser científico. Enumera: “Para no tener un jefe; para no tener horario de trabajo; para no aburrirme en el trabajo; para hacer siempre lo que me gusta; para usar mejor mi cerebro; para que no me tomen el pelo; para hablar con otros científicos; para aumentar el número de científicos en México; para estar siempre bien contento y para conservar la eterna juventud”.Cuando expone la razón número ocho, es decir, “para aumentar el número de científicos en México”, se toma su tiempo para explicarlo. Muy sencillo, dice, por cada 10 mil habitantes, México tiene menos de un científico. Pero el panorama es abrumador cuando lo compara con otras naciones. Por ejemplo, en Chile, por cada 10 mil habitantes hay tres científicos; en Cuba, por cada 10 mil habitantes hay cuatro científicos; en España, por cada 10 mil ciudadanos hay cinco científicos; en Brasil, por cada 10 mil personas hay 5.8 científicos; en Canadá, por cada 10 mil personas hay 11 científicos; en Estados Unidos, por cada 10 mil hay 35 científicos; en Japón, por cada 10 mil personas hay 39 científicos y en Alemania, por cada 10 mil habitantes hay 42 científicos. Notoria diferencia.Eso sí, en su charla les deja en claro a los estudiantes que ser científico requiere “de mucho amor por la camiseta”, ya que en la mayoría de las ocasiones es una profesión muy mal pagada y de años de perseverancia.Uno de los estudiantes le pregunta a qué se debe el bajo número de científicos en México. Tamayo responde elocuente: “Esta es un profesión desconocida, la gente no sabe qué cosa es ser científico. Si se va a guiar por lo que sale en la televisión ¡Dios mío! es completamente una caricatura, es grotesco la manera en cómo se retrata la vida de los científicos. Casi lo que siempre se retrata es la vida romántica y no su vida científica”. Actualmente Pérez Tamayo se encuentra investigando sobre dos temas relevantes. Uno, en encontrar una solución al problema de la amibiasis en México. “Ésta es endémica, es parte de la patología de la pobreza, y como vamos a seguir siendo pobres durante mucho tiempo necesitamos encontrar una solución para países pobres”. Otra línea de investigación que sigue tiene que ver con la cirrosis hepática.De 1950 a la fecha ha publicado 33 libros y más de 150 artículos científicos, es miembro de la Académica de Investigación Científica de México, del Colegio Nacional y de la Académica Mexicana de la Lengua. En 1974 recibió el Premio Nacional de Ciencias.

Es la ciencia una actividad humana creativa

Es la ciencia una actividad humana creativa: Ruy Pérez Tamayo
Al definir a la ciencia como una actividad humana creativa, cuyo objetivo es la comprensión de la naturaleza y su resultado es el conocimiento, el médico y escritor Ruy Pérez Tamayo participó en el ciclo de charlas "El lenguaje se crea, se destruye y se transforma".
Organizado por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), el evento contó con la presencia de la docente de la UACM, Mónica Lavín, quien sirvió de moderadora.
Pérez Tamayo manifestó su alegría por poder participar en ese ciclo, con un sentido del humor exquisito.
Ganador de la medalla que otorga la UNAM por 55 años de carrera como profesor, el autor de los libro "Soy médico" y "Acerca de Minerva" platicó sobre su inquietud por ser médico.
"Mi padre era violinista y trabajaba en Tampico, en donde nací por accidente, por motivos de un trabajo temporal de mi papá.
Después de venir a vivir a México, el médico que me atendió cuando nací estableció una amistad con mi padre.
"Desde él, los médicos tenían prestigio en mi casa, por lo cual mi mamá quería que fuera doctor y mi papá no quería que fuera músico, para que nos fuera bien económicamente", dijo.
Dedicado al área de patología, Pérez Tamayo manifestó que gracias a la admiración que sentía por su hermano se comprometió a estudiar medicina, igual que él, y así los hermanos se tenían que prestar los libros, para ahorrar dinero.
Más adelante destacó que su gusto por la medicina se dio cuando por primera vez la entendió y la aprendió, señalando que su compañero en la universidad lo inspiro más al poseer él un laboratorio pequeño en su casa, donde realizaba experimentos.
"Cuando me invitó a su casa, me encantó, y a los 15 días quería ser igual que él, entonces empecé a trabajar.
Nuestras actividades consistían en cazar gatos en la noche para meterlos al laboratorio, operarlos y medirles la presión arterial".
Empezando a trabajar como médico e investigador, el también colaborador en el Colegio Nacional y la Academia Mexicana de la Lengua comentó que su gusto por la patología lo empezó a desarrollar dos años después, al haber conocido a un maestro muy simpático e inteligente.
Después de estudiar una especialidad en Estados Unidos, Pérez Tamayo, ya había cambiado en su forma de hacer las cosas, y se vio en la necesidad de buscar trabajo, pidiendo una oportunidad en el Hospital General.
Señaló que tenía en sus manos un donativo de 75 mil dólares para crear un laboratorio, pero tardo seis meses en convencer tanto al rector de la UNAM y al director del Hospital General para crear el primer laboratorio de patología.
Más tarde se refirió a él como maestro, al señalar que la mayor satisfacción que puede tener un docente es la de ver cuando un alumno lo supera, "porque quiere decir que el profesor logró su objetivo; afortunadamente, muchos de mis alumnos me superaron".
Cambiando de tema y manteniendo un sentido del humor ameno, recordó que hace algunos días impartió una plática en una escuela para explicar las 10 razones para ser un científico.
"La primera y la última que mencioné fue que es para disfrutar la juventud eterna, la cual yo no inventé, sino que la saqué del prólogo del libro de mi hijo".
Hablando de su carrera como escritor, el médico y científico destacó que su principal objetivo es hacer un libro de divulgación para que todos la entiendan.
"Hace algunos años me operaron de dos discos intervertebrales y me pusieron un aparato que no me permitía salir de mi casa, y nada más me quedaba escribir", de ahí nació el libro "El viejo alquimista".
Respecto a ese libro, Pérez Tamayo señaló cuando lo dio a El Colegio Nacional y lo exhibía en las feria de libro de México, se convirtió en un éxito.
Cuando le preguntaron sobre la palabra que más le gusta, comentó que es "serendipia", la cual proviene de un cuento donde un escritor de origen inglés definió así al descubrimiento de algo que no se está buscando, mientras se está buscando otra cosa.
Para finalizar, Ruy Pérez Tamayo describió que los tres elementos del trabajo científico son "el tener ideas, el ponerlas en práctica y la serendipia".

Es la ciencia una actividad humana creativa


Es la ciencia una actividad humana creativa: Ruy Pérez Tamayo
Al definir a la ciencia como una actividad humana creativa, cuyo objetivo es la comprensión de la naturaleza y su resultado es el conocimiento, el médico y escritor Ruy Pérez Tamayo participó en el ciclo de charlas "El lenguaje se crea, se destruye y se transforma".
Organizado por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), el evento contó con la presencia de la docente de la UACM, Mónica Lavín, quien sirvió de moderadora.
Pérez Tamayo manifestó su alegría por poder participar en ese ciclo, con un sentido del humor exquisito.
Ganador de la medalla que otorga la UNAM por 55 años de carrera como profesor, el autor de los libro "Soy médico" y "Acerca de Minerva" platicó sobre su inquietud por ser médico.
"Mi padre era violinista y trabajaba en Tampico, en donde nací por accidente, por motivos de un trabajo temporal de mi papá.
Después de venir a vivir a México, el médico que me atendió cuando nací estableció una amistad con mi padre.
"Desde él, los médicos tenían prestigio en mi casa, por lo cual mi mamá quería que fuera doctor y mi papá no quería que fuera músico, para que nos fuera bien económicamente", dijo.
Dedicado al área de patología, Pérez Tamayo manifestó que gracias a la admiración que sentía por su hermano se comprometió a estudiar medicina, igual que él, y así los hermanos se tenían que prestar los libros, para ahorrar dinero.
Más adelante destacó que su gusto por la medicina se dio cuando por primera vez la entendió y la aprendió, señalando que su compañero en la universidad lo inspiro más al poseer él un laboratorio pequeño en su casa, donde realizaba experimentos.
"Cuando me invitó a su casa, me encantó, y a los 15 días quería ser igual que él, entonces empecé a trabajar.
Nuestras actividades consistían en cazar gatos en la noche para meterlos al laboratorio, operarlos y medirles la presión arterial".
Empezando a trabajar como médico e investigador, el también colaborador en el Colegio Nacional y la Academia Mexicana de la Lengua comentó que su gusto por la patología lo empezó a desarrollar dos años después, al haber conocido a un maestro muy simpático e inteligente.
Después de estudiar una especialidad en Estados Unidos, Pérez Tamayo, ya había cambiado en su forma de hacer las cosas, y se vio en la necesidad de buscar trabajo, pidiendo una oportunidad en el Hospital General.
Señaló que tenía en sus manos un donativo de 75 mil dólares para crear un laboratorio, pero tardo seis meses en convencer tanto al rector de la UNAM y al director del Hospital General para crear el primer laboratorio de patología.
Más tarde se refirió a él como maestro, al señalar que la mayor satisfacción que puede tener un docente es la de ver cuando un alumno lo supera, "porque quiere decir que el profesor logró su objetivo; afortunadamente, muchos de mis alumnos me superaron".
Cambiando de tema y manteniendo un sentido del humor ameno, recordó que hace algunos días impartió una plática en una escuela para explicar las 10 razones para ser un científico.
"La primera y la última que mencioné fue que es para disfrutar la juventud eterna, la cual yo no inventé, sino que la saqué del prólogo del libro de mi hijo".
Hablando de su carrera como escritor, el médico y científico destacó que su principal objetivo es hacer un libro de divulgación para que todos la entiendan.
"Hace algunos años me operaron de dos discos intervertebrales y me pusieron un aparato que no me permitía salir de mi casa, y nada más me quedaba escribir", de ahí nació el libro "El viejo alquimista".
Respecto a ese libro, Pérez Tamayo señaló cuando lo dio a El Colegio Nacional y lo exhibía en las feria de libro de México, se convirtió en un éxito.
Cuando le preguntaron sobre la palabra que más le gusta, comentó que es "serendipia", la cual proviene de un cuento donde un escritor de origen inglés definió así al descubrimiento de algo que no se está buscando, mientras se está buscando otra cosa.
Para finalizar, Ruy Pérez Tamayo describió que los tres elementos del trabajo científico son "el tener ideas, el ponerlas en práctica y la serendipia".

Es la ciencia una actividad humana creativa


Es la ciencia una actividad humana creativa: Ruy Pérez Tamayo
Sábado, 17 de Mayo de 2008
Al definir a la ciencia como una actividad humana creativa, cuyo objetivo es la comprensión de la naturaleza y su resultado es el conocimiento, el médico y escritor Ruy Pérez Tamayo participó en el ciclo de charlas "El lenguaje se crea, se destruye y se transforma".
Organizado por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), el evento contó con la presencia de la docente de la UACM, Mónica Lavín, quien sirvió de moderadora.
Pérez Tamayo manifestó su alegría por poder participar en ese ciclo, con un sentido del humor exquisito.
Ganador de la medalla que otorga la UNAM por 55 años de carrera como profesor, el autor de los libro "Soy médico" y "Acerca de Minerva" platicó sobre su inquietud por ser médico.
"Mi padre era violinista y trabajaba en Tampico, en donde nací por accidente, por motivos de un trabajo temporal de mi papá.
Después de venir a vivir a México, el médico que me atendió cuando nací estableció una amistad con mi padre.
"Desde él, los médicos tenían prestigio en mi casa, por lo cual mi mamá quería que fuera doctor y mi papá no quería que fuera músico, para que nos fuera bien económicamente", dijo.
Dedicado al área de patología, Pérez Tamayo manifestó que gracias a la admiración que sentía por su hermano se comprometió a estudiar medicina, igual que él, y así los hermanos se tenían que prestar los libros, para ahorrar dinero.
Más adelante destacó que su gusto por la medicina se dio cuando por primera vez la entendió y la aprendió, señalando que su compañero en la universidad lo inspiro más al poseer él un laboratorio pequeño en su casa, donde realizaba experimentos.
"Cuando me invitó a su casa, me encantó, y a los 15 días quería ser igual que él, entonces empecé a trabajar.
Nuestras actividades consistían en cazar gatos en la noche para meterlos al laboratorio, operarlos y medirles la presión arterial".
Empezando a trabajar como médico e investigador, el también colaborador en el Colegio Nacional y la Academia Mexicana de la Lengua comentó que su gusto por la patología lo empezó a desarrollar dos años después, al haber conocido a un maestro muy simpático e inteligente.
Después de estudiar una especialidad en Estados Unidos, Pérez Tamayo, ya había cambiado en su forma de hacer las cosas, y se vio en la necesidad de buscar trabajo, pidiendo una oportunidad en el Hospital General.
Señaló que tenía en sus manos un donativo de 75 mil dólares para crear un laboratorio, pero tardo seis meses en convencer tanto al rector de la UNAM y al director del Hospital General para crear el primer laboratorio de patología.
Más tarde se refirió a él como maestro, al señalar que la mayor satisfacción que puede tener un docente es la de ver cuando un alumno lo supera, "porque quiere decir que el profesor logró su objetivo; afortunadamente, muchos de mis alumnos me superaron".
Cambiando de tema y manteniendo un sentido del humor ameno, recordó que hace algunos días impartió una plática en una escuela para explicar las 10 razones para ser un científico.
"La primera y la última que mencioné fue que es para disfrutar la juventud eterna, la cual yo no inventé, sino que la saqué del prólogo del libro de mi hijo".
Hablando de su carrera como escritor, el médico y científico destacó que su principal objetivo es hacer un libro de divulgación para que todos la entiendan.
"Hace algunos años me operaron de dos discos intervertebrales y me pusieron un aparato que no me permitía salir de mi casa, y nada más me quedaba escribir", de ahí nació el libro "El viejo alquimista".
Respecto a ese libro, Pérez Tamayo señaló cuando lo dio a El Colegio Nacional y lo exhibía en las feria de libro de México, se convirtió en un éxito.
Cuando le preguntaron sobre la palabra que más le gusta, comentó que es "serendipia", la cual proviene de un cuento donde un escritor de origen inglés definió así al descubrimiento de algo que no se está buscando, mientras se está buscando otra cosa.
Para finalizar, Ruy Pérez Tamayo describió que los tres elementos del trabajo científico son "el tener ideas, el ponerlas en práctica y la serendipia".

La Filosofía de Ruy Pérez Tamayo

martes, octubre 04, 2005

La filosofía de Ruy Pérez Tamayo.- Una encuesta nacional aplicada a 700 personas en plazas públicas de las seis ciudades más importantes, demostró que hay poca cultura científica en México. He aquí algunos de los porcentajes obtenidos:Opina que la parapsicología y la astrología son ciencias: 65% y 80%, respectivamente. Se dejarían hipnotizar para conocer sus vidas anteriores: 55%; rechazó la hipnosis por miedo a conocer sus otras vidas: 45%. Estos datos los proporciona José Antonio de la Peña, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias y director del Instituto de Matemáticas de la UNAM.Ante resultados como los anteriores, y ante las políticas que el gobierno mexicano ha seguido en materia de ciencia y tecnología, se hace visible la necesidad no sólo de divulgar el conocimiento científico sino también de explicar qué es la ciencia, en qué consiste, cómo se define y se juzga su calidad.Ruy Pérez Tamayo considera urgente realizar esta labor, ¿y a qué se debe esta urgencia? “No es que sin ciencia el futuro de los países del Tercer Mundo sea incierto: es que sin ciencia no tenemos futuro.” Así, mediante sus obras de divulgación científica, Pérez Tamayo desea contribuir a disminuir la distancia entre la ciencia y el hombre latinoamericano contemporáneo.Ruy Pérez Tamayo es médico cirujano egresado de la UNAM, fundó y dirigió durante 15 años la Unidad de Patología de la Facultad de Medicina de la UNAM, ha sido investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM y del Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán”. Desde 1987 es Director adjunto de la Academia Mexicana de la Lengua. Entre los libros que ha publicado se encuentran En defensa de la Ciencia, Tríptico y El viejo alquimista.Pérez Tamayo es una de las figuras más importantes dentro de la comunidad científica mexicana, por ello y para celebrar sus 80 años de vida, la Facultad de Medicina de la UNAM y la Coordinación de Humanidades de la misma universidad le rindieron, en octubre del año pasado, un justo homenaje.Durante el homenaje realizado en la Coordinación de Humanidades, la doctora Mari Carmen Serra Puche expresó que Ruy Pérez Tamayo es ejemplo de un científico humanista. Multifacético en realidad: médico, maestro, investigador, escritor, divulgador de la ciencia; nos ha enseñado que es posible combinar la docencia con la investigación, el trabajo profesional con las letras, que es factible trascender las barreras que impone el ámbito académico y llevar el conocimiento científico a la calle para convivir con los demás elementos que conforman nuestra cultura... Quisiera dirigir la atención hacia el hombre que día a día ha demostrado que la ciencia es una forma de vivir la vida. Hace poco tiempo Ruy Pérez Tamayo hablaba de las dificultades de incorporar el espíritu de la ciencia en la cultura nacional, señalaba que los obstáculos son milenarios y están profundamente arraigados en nuestra cultura. Se trata nada menos que del esquema mágico-religioso de la vida y de la naturaleza, que se conserva en infinidad de detalles de nuestro comportamiento cotidiano. No se trata de que el espíritu científico sustituya el mágico-religioso, un fanatismo por otro, sino de sustituir una forma de relación del hombre con la realidad -que es poco eficiente y que puede ser causa de muchos sufrimientos innecesarios- por otra manera de enfrentarse al mundo y a la vida que desde hace mucho tiempo ha demostrado ser un camino más seguro y más rico para alcanzar el conocimiento.El doctor Marcelino Cereijido apuntó que desde su punto de vista el analfabetismo científico es uno de los grandes problemas de nuestro país, y que para combatirlo hacen falta líderes del calibre de Pérez Tamayo. Explicó que la divulgación científica sólo puede considerarse completa cuando cubre tres puntos: 1. Divulgar el conocimiento. En este aspecto el doctor Pérez Tamayo es un maestro porque se la pasa dando conferencias por todo el mapa, ha fundado revistas, escribe artículos, y lo hace con un nivel, con un discurso que le hace merecer estar sentado en una institución tan grande como la Academia de la lengua. 2. Explicar qué es la ciencia, es decir, qué es el aparato científico, de dónde salió, quiénes lo armaron, qué características tiene. y 3. Cultivar la filosofía de la ciencia. La obra de Ruy Pérez Tamayo, como veremos más adelante, abarca los tres puntos.El historiador Elías Trabulse no pudo asistir por razones de salud, pero sí participó con un texto titulado “La historia de la ciencia en la obra de Ruy Pérez Tamayo”. Entre otras cosas escribió: Para nuestro sabio autor, la historia de la ciencia más que ninguna otra disciplina, más aún que la filosofía, es la que nos ha enseñado que el método científico, concebido como una doctrina absoluta y canónica, es un artificio... La historia de la ciencia en los últimos 300 años –escribía ya en 1987- es la historia de un gran éxito, ninguna otra aventura del intelecto humano ha logrado transformar las raíces y la estructura de la sociedad de manera tan radical y en un plazo tan breve. Sin embargo, como buen historiador Pérez Tamayo sabe que escribir historia es interpretar, según él, en el oficio de historiar no es posible describir sin interpretar... Su interés por la ciencia lo lleva a estudiar su desarrollo en México a lo largo del tiempo y su situación actual, muchas páginas de diversas obras suyas -sean libros o artículos- están dedicadas a valorar la historia de la ciencia en México desde sus orígenes hasta el presente.Un ejemplo del interés que por la historia tiene Pérez Tamayo es el libro De la magia primitiva a la medicina moderna, este libro es el número 154 de la colección La ciencia para todos, del Fondo de Cultura Económica. Un libro que todo escéptico disfrutará.A continuación me referiré a algunas ideas que Pérez Tamayo expone en dos obras: Acerca de Minerva (el número 40 de la colección La ciencia para Todos) y Cómo acercarse a la ciencia (del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes).En ambas obras nos da su definición de ciencia: actividad humana creativa cuyo objetivo es la comprensión de la naturaleza, y cuyo producto es el conocimiento.Pero no se queda ahí, nos menciona algunas de sus características: La ciencia es una empresa esencialmente social. Sus observaciones y teorías deben ser conocidas, discutidas y aceptadas por sus colegas más cercanos, luego por el sector interesado de la sociedad científica de su país, y finalmente por la comunidad científica internacional. Mientras más amplio sea el consenso alcanzado por las ideas de nuestro investigador solitario, mayor será su contribución al conocimiento científico y su influencia en el desarrollo de la ciencia en general (...) El consenso generalizado es un carácter necesario e indispensable de la ciencia, pero no es suficiente.Las proposiciones científicas son tentativas y aproximadas, aceptadas condicionalmente a pruebas cuyos resultados deciden si se conservan o modifican, y que además no afirman nada categórico sino siempre como un nivel de probabilidad.¿En dónde radica la fuerza de la ciencia? En que funciona, trabaja, y nos permite hacer predicciones sistemáticas sobre la manera como se comportará X en las condiciones Y y comprobar tales predicciones cada vez que se hace la prueba.La ciencia está basada en tres elementos que surgieron en tiempos diferentes, y que se refieren a dar la espalda o renunciar a ciertas posturas filosóficas:1) Renuncia a las explicaciones sobrenaturales de los fenómenos propios de la naturaleza.2) Renuncia a la búsqueda de respuestas a las grandes preguntas, como por ejemplo, ¿cuál es el destino del hombre?3) Renuncia al intento de contestar cualquier pregunta (grande o pequeña) sobre la naturaleza por medio exclusivo de la razón.Aquí Pérez Tamayo se refiere al papel importante que tienen en la adquisición del conocimiento científico la experiencia, las observaciones, los experimentos y la verificación objetiva.El autor de Acerca de Minerva asegura que desde los inicios de su carrera se interesó en la filosofía de la ciencia. Comenzaba su carrera cuando asistió a un curso que sobre el método científico dictó el doctor Arturo Rosenbleuth.Esto nos lleva a preguntarnos ¿qué piensa Ruy Pérez Tamayo acerca del método científico?, ¿existe tal método?, ¿en qué consiste? Esta es una cuestión importante dentro de la filosofía de la ciencia, Ruy se opone a la visión que considera la metodología científica como esa receta que nos obligaron a memorizar en secundaria (observación, hipótesis, experimentación, bla, bla, bla) y que aplicada a cualquier problema supuestamente nos garantiza su solución. ¿Entonces cuál es el método científico? El que acepta la existencia de una realidad externa sujeta a la causalidad determinista, de investigadores plenamente conscientes de la contribución de las personas, y de la serendipia, en la determinación de lo que creemos conocer de ella. ¿Qué es serendipia? Resultados completamente sorpresivos (Ruy tiene un libro titulado precisamente así, esta obra reúne algunas conferencias que ha impartido y en una de ellas explica el origen del término). ¿Qué papel tiene la suerte en la metodología científica? Algunas escuelas de pensamiento desean desterrar del discurso científico cualquier elemento que no sea lógico, sin embargo Ruy Pérez dice que: La razón es necesaria pero no suficiente. Las corazonadas, las ideas surgidas de repente. Los accidentes felices en el laboratorio, las serendipias, las coincidencias inexplicables y otros tipos más de ocurrencias imprevistas, constituyen elementos de enorme importancia en la marcha cotidiana de la ciencia. Esto ha sido reconocido por el filósofo Popper y sus seguidores como el componente principal en la elaboración de las hipótesis; y por el fisiólogo mexicano Rosenblueth como el aspecto “ilógico” de la ciencia.Reconoce que existen pensadores que niegan la existencia del componente irracional en la investigación científica, y que sus argumentos parecen convincentes, pero agrega: la gran mayoría de los científicos activos deseamos ser lo más racionales posibles, pero tenemos conciencia de que el mundo está hecho de otro modo y que una parte (variable según la ciencia de que se trate) de nuestras actividades todavía pertenece al rubro de lo irracional. Reconoce que la conclusión no le agrada pero le parece que se acerca a la realidad.Algunos mitos entorno al quehacer científico caen ante la crítica del médico y filósofo. El hombre sólo alcanza la madurez responsable cuando aprende a distinguir entre la fantasía y la realidad.Veamos dos de esos mitos.Uno de los mitos más generalizados sobre los científicos es que se trata de sujetos de comportamiento excéntrico desconectado de la vida que les rodea y dirigida a alcanzar metas que los demás no ven, y cuando las ven les parecen superfluas o ridículas.El siguiente mito considera que la ciencia es similar a la magia (¿explica esto que para el ciudadano común –como lo muestra la encuesta de la que hablamos al principio de esta entrada- la astronomía y la astrología sean igualmente científicas?): Sin embargo, ni la ciencia es magia, ni los científicos somos magos. Lo que hacemos en nuestros cubículos y laboratorios, o en el campo de estudio, no es secreto ni misterioso, sino todo lo contrario. No se invocan poderes ocultos; se aplican los de la naturaleza y no se cuenta con la ayuda del ‘Maligno’ sino con la crítica y el consejo de nuestros colegas; tampoco hay varita mágica o polvos celestiales sino mucho trabajo y, a veces, algo de suerte.Ruy también examina cuestiones como las categorías estéticas en la ciencia. Los trabajos científicos pueden calificarse como buenos o malos dependiendo de su concordancia con la realidad (con los fenómenos naturales). Sin embargo, cualquiera que haya escuchado a dos o más científicos discutir acerca de sus contribuciones o las de otros colegas, habrá oído el uso de otros adjetivos que, a primera vista, no parecerían tener nada que ver con la ciencia: por ejemplo, un trabajo puede ser ‘bello’, ‘sobrio’, ‘barroco’, ‘fino’, ‘horrendo’, ‘grandioso’; ‘armónico’, ‘elegante’, etcétera. Tales calificativos harían pensar que se está enjuiciando no un trabajo científico sino una obra de arte, en vista de que se trata de apreciaciones esencialmente estéticas. ¿Qué tienen que ver estos juicios estéticos en la apreciación o evaluación del trabajo de los científicos? ¿No que la categoría más importante dentro de la ciencia es la verdad y dentro del arte es la belleza?Los funcionarios públicos, economistas, administradores y todos aquellos que participan en la forma en que se asignan presupuestos a la actividad científica harían bien en estudiar las diferencias entre ciencias básicas y ciencias aplicadas, esta división refleja una confusión de términos, así como el desconocimiento de lo que la ciencia realmente es, la forma como trabaja y las funciones que puede y debe desempeñar en nuestro país.Esta ha sido una muy breve exposición de lo que Ruy Pérez Tamayo ha reflexionado acerca del quehacer científico. Y realmente ha sido un vistazo rápido a su pensamiento, en sus libros podemos encontrar reflexiones acerca de la verdad científica, los experimentos, el error en la ciencia, las acusaciones de “fracaso” que se le suelen hacer, el reduccionismo científico, la relación entre ciencia y tecnología, los enemigos de la ciencia, la relación entre ciencia, economía y sociedad...Para finalizar mencionemos lo que la visión científica nos recomienda hacer frente a nuestro desconocimiento, es evidente que ignoramos la respuesta a una gran cantidad de fenómenos. ¿Qué hacer ante esa ignorancia?Para el pensador del que hemos escrito, existen dos opciones: la más antigua, la tradicional y la más popular ha sido y sigue siendo inventa lo que no sabes, adivina lo que ignoras, rellena tu ignorancia con fantasía. La respuesta minoritaria ha sido y sigue siendo: detente ante lo desconocido, confiesa tu ignorancia, vive en la realidad de la incertidumbre. Pérez Tamayo nos dice que sus simpatías se inclinan más al lado minoritario.Difícilmente contaremos siempre con los datos necesarios para analizar y llegar a comprender todos los fenómenos que nos interesan, sin embargo, no por ello nos comprometeremos con “explicaciones” que recurran a la magia o a lo sobrenatural. En palabras de Ruy Pérez Tamayo:La filosofía de la ciencia enseña que las decisiones racionales siempre deberán hacerse sin información completa, que nuestro destino en la Tierra es adivinar la conformación más probable del sector de la naturaleza cuya estructura nos interesa y trabajar incansablemente en averiguar hasta dónde nuestra imaginación realmente corresponde a la realidad. El resultado de este doloroso proceso es lo que llamamos conocimiento. Y nada más.

domingo, 26 de abril de 2009

Recomendaciones para evitar contagio

Recomendaciones para evitar el contagio de la gripe común
Estas son unas recomendaciones básicas para evitar el contagio de la gripe común, facilitadas por el departamento de salud mexicano.
* Mantenerse alejados de las personas que tengan infección respiratoria* No saludar con besos ni dando la mano* No compartir alimentos, vasos o cubiertos* Ventilar y permitir la entrada del sol en la casa, las oficinas y en todos los lugares cerrados* Mantener limpias las cubiertas de cocina y baño, utensilios, así como juguetes, teléfonos u objetos de uso comúnEn caso de presentar un cuadro de fiebre alta de manera repentina, tos, dolor de cabeza, muscular y de articulaciones, se deberá de acudir de inmediato a su médico o a su unidad de salud* Abrigarse y evitar cambios bruscos de temperatura* Comer frutas y verduras ricas en vitaminas A y C (zanahoria, papaya, guayaba, naranja, mandarina, lima, limón y piña)* Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón* Evitar exposición a contaminantes ambientales* No fumar en lugares cerrados ni cerca de niños, ancianos o enfermos* Acudir al médico inmediatamente si se presentan los síntomas

La Gripe Porcina

-La Gripe Porcina
¿Qué es la gripe porcina?
Se trata de una enfermedad respiratoria altamente contagiosa que afecta a los cerdos, ocasionada por uno de los virus A de la gripe porcina. Su morbilidad suele ser alta y su mortalidad baja (1-4%). El virus se contagia entre los cerdos por aerosol y mediante contacto directo e indirecto. Los virus más frecuentes son del tipo H1N1, aunque también circulan entre los cerdos otros virus, como el H1N2, H3N2 y H3N1. Los brotes entre los cerdos se producen con frecuencia, fundamentalmente en otoño e invierno.
- ¿Cómo afecta a la salud humana?
Ocasionalmente se ha informado de brotes e infecciones esporádicas de gripe porcina en humanos. Generalmente, los síntomas clínicos son similares a la gripe común, pero su presentación clínica es muy amplia, desde una infección asintomática a una severa pulmonía que acabe en la muerte.
Como la clásica presentación clínica de la gripe porcina en humanos se parece a la gripe común (fiebre, tos, cefaleas...) y otras infecciones agudas del tracto respiratorio, la mayoría de los casos han sido detectados por casualidad, mediante el sistema de vigilancia de la gripe común. Los casos leves o asintomáticos pueden haber escapado a la detección, de modo que se desconoce el alcance real de esta enfermedad entre humanos.
- ¿Cómo se produce el contagio?
Normalmente la gente se contagia a través de cerdos enfermos, aunque algunos casos humanos se han producido sin contacto con estos animales. La transmisión entre humanos se ha producido en algunos casos, pero ha estado limitado a contactos muy cercanos y grupos cerrados de gente.
- ¿Es seguro comer cerdo y productos porcinos?
SÍ. La gripe porcina no se contagia a la gente mediante el consumo de carne de cerdo adecuadamente procesada o preparada o a través de otros productos derivados del cerdo. El virus de la gripe porcina es eliminado al cocinar a temperaturas de 70º C.
- ¿Existe riesgo de una pandemia?
Es probable que la mayoría de la gente, sobre todo aquellos que no tienen contacto regular con cerdos, no tengan inmunidad a los virus de la gripe porcina que pueden evitar la infección de este virus. Si un virus de la gripe porcina lograse contagiarse eficazmente entre humanos, podría causar una pandemia (epidemia mundial).
El impacto de una pandemia ocasionada por este tipo de virus es difícil de predecir: depende de la virulencia del virus, la inmunidad existente entre la gente, la protección cruzada que pudiesen conferir los anticuerpos de la gripe común. Los virus de la gripe porcina pueden dar lugar a un virus híbrido mezclándose con un virus de la gripe humana y causando una pandemia.
- ¿Hay una vacuna humana para proteger de la gripe porcina?
No. Los virus de la gripe cambian muy rápidamente y la coincidencia entre la vacuna y los virus circulantes es muy importante para dar una adecuada inmunidad a la gente vacunada. Por eso la OMS necesita seleccionar virus dos veces al año para la vacuna de la gripe común.
La actual vacuna antigripal producida bajo las recomendaciones de la OMS no contiene virus de la gripe porcina. No se sabe si las vacunas de la gripe pueden proporcionar una protección cruzada frente al actual brote de gripe porcina en EEUU y México. La OMS está trabajando de cerca con otras instituciones para un nuevo aviso sobre el empleo de la vacuna de la gripe común para prevenir la infección de la gripe porcina.
- ¿Existe tratamiento para la gripe porcina?
Los fármacos antivirales para la gripe común están disponibles en algunos países y previenen y tratan la enfermedad de manera eficaz. Hay dos clases de estos fármacos: los adamantanes (amantadina y remantadina) y los inhibidores de la neuraminidasa (oseltamivir y zanamivir).
La mayoría de los casos previos de gripe porcina se recuperaron totalmente de la enfermedad sin necesitar atención médica ni fármacos antivirales.
Algunos virus influenza desarrollan resistencias a los antivirales, limitando la eficacia de la profilaxis y tratamiento. Los virus obtenidos de los recientes casos humanos en EEUU respondieron a oseltamivir y zanamivir, pero eran resistentes a amantadine y remantadine.
La información es insuficiente para hacer recomendaciones sobre el empleo de antivirales en la prevención y tratamiento de la infección por gripe porcina. Los médicos tienen que tomar decisiones basándose en las evaluaciones clínicas y epidemiológicas y en el balance daños/beneficios del tratamiento al paciente. Para el actual brote en EEUU y México, las autoridades nacionales y locales recomiendan usar oselatmivir o zanamivir para el tratamiento y prevención de la enfermedad basándose en el perfil de susceptibilidad del virus.

sábado, 4 de abril de 2009

Bote de Cangrejos Mexicanos

Mis residentes de Ginecoobstetricia del Hospital Regional de Veracruz, tenían mucho entusiasmo en un a Rotación de Ultrasonido Nivel III, en un prestigioso Hospital del Norte de Nuestro País, el Médico Ultrasonografiasta dónde irían a rotar estaba de acuerdo en esa rotación, desafortunadamente, el director académico de ginecoobstetricia, no estaba de acuerdo, y puso obstáculos, para que no fueren nustros residentes a ese Prestigiado Hospital, porque no veía el objetivo de dicha rotación, yo personalmente le hablé por teléfono, y me trató déspota y hasta groseramente, diciéndome al terminar la llamada, que como había hablado ahí , porque estaba ocupado con una paciente (no me hubiera contestado la llamada), que lástima, que haya personas así en puestos de esa importancia, no tanto para ellos, sino para los jóvenes que se encuentran en formación.
Yo tuve la oportunidad de formarme con mi querido Maestro Dr. Don Alfonso Alvarez Bravo, todo un Maestro de la Ginecología y Obstetricia de Latinoamérica y de México, no creo que lo conozca el doctor, director académico de ginecoobstetricia del prestigiado Hospital del Norte de México, pues bien, mi maestro decía, que para ser un buen MAESTRO una de sus objetivos principales era FACILITAR al Médico Residente en Formación, la enseñanza, y que si por algún motivo, esa enseñanza no se podía dar en su Hospital, era su Obligación FACILITAR , que el residente acudiera dónde sí podría tomar esa enseñanza, para que el egresar de le Especialidad, estuviera muy bien preparado, desafortunadamente, nos encontramos en México, y algunas personas, les gusta sentirse superiores, y dan de jalones para que los otros no salgan del bote, que lástima, que lástima de tener ese tipo de personas, en dónde están.
Tal vez piensa que los Residentes de Ginecoobstetricia del Hospital Regional de Veracruz no merecen esa rotación en su Hospital, que visión tan corta, para todo un especialista y subespecialista, por eso estamos como estamos, no dejamos de ser subdesarrollados, hasta en personas que estan "muy" preparadas.
Ya encontraremos, dónde rotar a Ultrasonido Nivel III, en otro Hospital, como de dónde salí, mi Hospital Español de México, dónde siempre nos han abierto las puertas para la enseñanza de nustros Residentes y hemos encontrado Médicos Fuera de Serie y que me enorgullesco de haber conocido y me siento muy honrado de haber sido su alumno y compañero.

Células Inmortales He-La

Cuando se extraen células del cuerpo humano éstas comienzan a morir lenta e inexorablemente, normalmente antes de que lleguen a completar cincuenta divisiones. Las células no pueden sobrevivir sin el soporte vital que proporciona el cuerpo y tampoco pueden prolongarse artificialmente porque envejecen —y por tanto de un modo u otro mueren.
Esto es así siempre, excepto para las Células He-La, que siguen haciendo cosas de células (alimentarse, generar desechos, reproducirse) de forma indefinida aún estando dentro de un tubo de ensayo siempre y cuando se reúnan unas condiciones ambientales adecuadas. Se consideran imortales no sólo porque siguen viviendo fuera del cuerpo humano, sino también porque no envejecen. Se utilizan ampliamente en investigación y ciencia y probablemente hayas oído hablar de ellas.
Tan sorprendente como las células HeLa es el origen de éstas: proceden de una mujer que murió de cáncer hace 56 años. Todas las células HeLa que se cultivan y utilizan actualmente en laboratorios de todo el mundo descienden directamente de una muestra de tejido extraída del tumor de Henrietta Lacks, una mujer afroamericana que murió de cáncer de cuello de útero el 4 de octubre de 1951.
Las dos vidas de Henrietta — Ese mismo día, el investigador George Gey anunciaba que por primera vez en la historia, se había conseguido mantener en cultivo continuo un tejido tumoral humano, la primera línea celular inmortal. Blandiendo un vial de sus células ante la cámara, Gey pronunció el nombre con el que había bautizado a su diminuta bestia: células HeLa. Veinte años después, los nombres HeLa y Henrietta Lacks volvieron a unirse. Fue en un artículo aparecido en 1971, donde se revelaba el origen de las células junto a una fotografía de su fuente humana. Desde entonces, los científicos que cultivaban el legado biológico de Henrietta pudieron poner cara a sus células.
Se calcula que actualmente la masa total de células HeLa cultivadas en laboratorios es superior al número total de células que había en el cuerpo de Henrietta.
La aplicación en ciencia de las células HeLa es amplia. Gracias a los cultivos de las células de Henrietta se encontró la vacuna de la poliomielitis, de modo que miles de niños de todo el mundo de algún modo le deben su salud y su vida a Henrietta, la “niña negra del viejo sur confederado”.
Actualmente también se utilizan en la lucha por “encontrar cura a la leucemia y el cáncer, estudiar el comportamiento de las células y el crecimiento de los virus, sintetizar proteínas, realizar estudios genéticos y estudiar los efectos de las drogas, la radiación y la permanencia en el espacio.

lunes, 30 de marzo de 2009

Amenaza de Parto Pretérmino

La mayoría de las pacientes que acúden alos servicios de Urgencias Tocoquirúrgica, con dolor tipo cólico o molestias en bajo vientre y embarazos pequeños, de pretérminop, no ameritan hospitalización y pueden estar muy bien en casa tan solo con medidas sencillas.
Hay otro pequeño grupo de pacientes, las cuales si ameritarán tratamiento médico, de maduración pulmonar y hospitalización.
Este tipo de pacientes son las que tienen factores de riesgo, como son antecedentes de amenaza de aborto o parto pretérmino, antecedentes de infecciones vaginales o urinarias, actividad uterina con cambios en el cérvix, acortamiento de éste, por lo que tenemos que realizar un ultrasonido transvaginal y medir la longitud del cuello, y si es de 1.5 cm o menos, en embarazos únicos y 2.5 cm en embarazos múltiples, éstas pacientes, si tienen altra probabilidad de presentar parto pretérmino, igual que a las que, se les realiza una prueba de Fibronectina fetal, que es una proteína que se encuentra entre la decidua y la membrana y cuando estas se despegan se empieza a producir y salir a vagina y es un predictor de parto pretérmino.
Si las pacientes presentan estas características se deben de internar, y dar tratamiento adecuado, sin olvidar aplicar corticoides para maduración pulmonar del bebé, que ya está probado su beneficio.
Nosotros debemos de hacer un adecuado diagnóstico y así evitaremos gastos inecesarios tanto para la paciente como para el hospital, y debemos de revisar muy bien a las pacientes primigestas sin mayores factores de riesgo, porque estas pacientes pueden presentar amenaza de parto pretérmino.

domingo, 8 de febrero de 2009

Sir William Osler

Nació en la población de Bond Head, provincia de Ontario, Canadá, en 1849, en el seno de una de las más prominentes familias canadienses del siglo XIX. Hizo sus estudios primarios en el Trinity College de Toronto, para luego ingresar a la Escuela de Medicina de Mc Gill en Montreal, en donde obtuvo su título de médico. Allí se encuentra como recuerdo suyo la Librería Osleriana, que contiene gran parte de su biblioteca (8.000 volúmenes) que conservan con esmero y orgullo. En la misma ciudad trabajó por algunos años en el Hospital General, para luego trasladarse en 1884 a la Universidad de Pensilvania, la más antigua de los Estados Unidos, donde se desempeñaba como docente, cuando fue llamado a Hopkins para que se hiciera cargo de la Cátedra de Medicina y la Jefatura del Servicio, en donde impuso la modalidad de “la enseñanza al lado de la cama del paciente”, haciéndose acreedor del cariño y admiración de cuantos con él estudiaron y aprendieron.

Osler defendía la práctica de la autopsia, pues consideraba que el examen post-mortem es de la mayor importancia para reconocer los aciertos o las equivocaciones en el diagnóstico. Se dice que personalmente practicó cerca de mil autopsias. No se conocían por la época los estudios aleatorizados prospectivos, ni los controlados, ni los de análisis de casos, ni los metaanálisis, y así sus enseñanzas se basaban en la cuidadosa observación clínica y la gran experiencia y conocimiento de las enfermedades. Como filósofo, que también lo era, decía: “No deseo más epitafio que la mera inscripción en mi tumba, que enseñé a mis alumnos medicina en las salas del hospital”.Definitivamente Osler había estudiado medicina influenciado por la Escuela de Edimburgo y Glasgow.

En efecto, la Facultad de Medicina de Mc Gill, su alma mater, fue fundada en 1821 primordialmente por escocéses marcados con el sello indeleble de los grandes médicos fisiólogos, anatomistas y cirujanos, John y William Hunter. Pero también Osler conocía ampliamente la medicina inglesa que se practicaba y enseñaba en los hospitales Guy, St. Bartholomew, St. Thomas y el Hospital General de Londres, que había visitado en 1874. Con los principios de la medicina de Edimburgo y Londres siempre se desempeñó en forma admirable tanto en el ejercicio profesional como en la enseñanza. Tampoco desconocía las virtudes de la medicina alemana y la francesa, pues estaba familiarizado con las obras de los alemanes Skoda y Rokitansky y con las del famoso francés René Laënnec, el mago de la auscultación e inventor del estetoscopio (1819), que inicialmente no era otra cosa que un cilindro de papel que conducía los ruidos del corazón desde la pared torácica del paciente a su oído.

Ante la Academia de Medicina de Nueva York alguna vez decía: “En el método de enseñanza que puede llamarse natural, el estudiante comienza con el enfermo, continúa con el enfermo y termina sus estudios con el enfermo, utilizando conferencias como herramientas y como medios que conducen a su fin. Enséñeles el modo de observar, suminístreles suficientes hechos qué observar, y así las lecciones saldrán de los hechos mismos”. También afirmaba “La buena práctica clínica siempre es una mezcla del arte de la incertidumbre con la ciencia de la probabilidad”. Es muy seguro que si Osler estuviese vivo hoy, principios del siglo XXI, estaría de acuerdo con D.L. Sackett, uno de los pontífices de la medicina basada en la evidencia, quien en 1996 anotaba que esta nueva estrategia es la integración del saber y la experiencia médica, con lo mejor de la evidencia disponible en la literatura científica, y que tal evidencia jamás reemplazará a la habilidad y la experiencia clínicas.

Su contribución a la literatura médica fue verdaderamente extraordinaria. El libro “Principios y práctica de la medicina”, cuya primera edición aparecida en 1892 alcanzó una acogida impresionante. Veintiseis mil ejemplares llegaron a manos de médicos en muchos lugares del mundo. Este texto verdaderamente magistral se concentra básicamente en la clínica y apenas menciona algunos aspectos del empleo de algunos medicamentos, que por la época no eran suficientemente conocidos. Tampoco en éste incursiona en los auxiliares de diagnóstico que muy poco se empleaban y que más tarde se fueron desarrollando. En mil páginas cuidadosamente redactadas y documentadas, cubre los tópicos más relevantes de la época como las enfermedades infecciosas y reumáticas, afecciones digestivas, respiratorias, patología de los conductos glandulares, enfermedades del riñón, sistema nervioso y músculos. Intoxicaciones, obesidad y otros. Fue de los primeros en señalar que el manejo de la apendicitis debe ser eminentemente quirúrgico.

Otra de las obras más impactantes de su autoría es a no dudarlo “Aequanimitas”, cuya primera edición fue lanzada en 1904. Es una hermosa recopilación de conferencias dictadas y discursos pronunciados en diferentes e importantes escenarios como el Club Histórico de Johns Hopkins, Universidad de Pensilvania, Escuela Militar de Washington, Escuela de Medicina de Mc

Gill, Asociación Médica Británica de Montreal, Asociación Médica de New Haven, Biblioteca Médica de Boston y otros. Los temas son variados y las descripciones y comentarios apasionantes. “El médico y la enfermera”. “El maestro y el estudiante”. “El cirujano militar”. “La medicina en la magna Inglaterra”. “Los libros y los hombres”. “La medicina del siglo XIX” y muchos otros. Este magnífico y clásico libro debe ocupar un lugar destacado en la biblioteca de todo médico, cualquiera sea su especialidad o tipo de trabajo.

Sir William Osler, luego de largos años de permanencia en Hopkins, en donde alcanzó la categoría de Profesor Honorario, se trasladó en 1905 a la Universidad de Oxford para ocupar con brillantez durante 14 años el cargo de Profesor Real de Medicina y estando allí vivió la tragedia de la muerte de su hijo durante la I Guerra Mundial en los campos de batalla de Yprès, Bélgica, que supo sobrellevar con dignidad y resignación. Su vida se extinguió víctima de neumonía, el 29 de diciembre de 1919, una década antes de que el primer antibiótico fuera descubierto por Fleming en su Laboratorio del Hospital St. Mary’s de Londres.

La grandeza de un personaje se traduce de varias maneras: en actos, pensamientos y palabras. En todas ellas Osler dejó un recuerdo imborrable.
Debido a su esfuerzo, el legado del altruista Johns Hopkins se convirtió, en buena parte gracias a él, en un vivero de clínicos, investigadores e innovadores, al pasar de un simple hospital a un centro de estudio y cultura de la más alta calidad. Así la medicina de los Estados Unidos llegó a su mayoría de edad (La pintura muestra a Welch, Halsted, Osler y Kelly).

El sucesor de Osler en Hopkins fue cuidadosamente seleccionado. Luego de un detenido análisis de los candidatos, el nombramiento recayó en Lewellys F. Barker, quien había ingresado al Hospital años atrás como profesor de anatomía, y se destacaba como un profundo conocedor de las ciencias básicas. Es de advertir que el candidato de Osler era William S. Thayer, formado por él y que se desempeñaba como Profesor Asociado de Medicina. Pero el Consejo Directivo, con el argumento de que era necesaria la presencia de un profesor que hiciera énfasis en las ciencias básicas en la enseñanza de la medicina, ratificó sus preferencias por Barker. Harvey Cushing, varios años después de su fallecimiento, escribió una magnífica biografía del gran profesor de medicina, tal vez la mejor documentada de las varias escritas y publicadas.

martes, 6 de enero de 2009

Felicidades a las Enfermeras

Muchas Felicidades a todas las enfermeras y enfermeros de los diferentes hospitales del puerto de Veracruz, de México y del Mundo, en este su día, y reconocer dóia a día su ardua labor en favor de los enfermpos, de verdad es muy difícil su labor, y ellas y ellos la realizan de una manera excelente, lo digo con conocimiento de causa, son muy trabajadoras, claro hay excepciones, pero no por esas malas enfermeras, vamos a despreciar la labor y el trabajo de las mayoría de las y los enfermeros, de verdad mis felicitaciones, son un ejemplo para nosotros los Médico.

“La enfermería es un arte y si se pretende que sea un arte requiere una devoción tan exclusiva, una preparación tan dura, como el trabajo de un pintor o de un escultor, pero ¿cómo puede compararse la tela muerta o el frío mármol con el tener que trabajar con el cuerpo vivo, el templo del espíritu de Dios?Es una de las Bellas Artes; casi diría, la más bella de las Bellas Artes”.
Florence Nightingale

viernes, 2 de enero de 2009

Parto Vertical

El parto vertical se asocia a una reducción en la duración de la fase II del parto, reducción en el número de episiotomías, disminución del dolor. El parto vertical también reduce el trauma obstétrico y las alteraciones en la frecuencia cardiaca fetal.
El médico ecuatoriano Oswaldo Cárdenas ha inventado un módulo para atender el parto vertical, recuperando la historia humana y la cultura andina que practica ese tipo de alumbramientos con más efectividad y menos dolor para las madres.
Traer una vida es un hecho sublime pero doloroso, y desde hace algo más de dos siglos lo es un poco más con la invención del fórceps, aparato que dejó atrás la naturalidad del alumbramiento y sólo mejoró la comodidad de los médicos. Así lo asegura Cárdenas al recordar que "hace 40 años" el médico francés Moriceu inventó el fórceps, que "quizá constituya uno de los más dramáticos ejemplos de agresión" hacia las madres e hijos.
"La física moderna y los conocimientos fisiológicos actuales han demostrado que la posición vertical materna (parto natural), al permitir la acción de la fuerza de la gravedad sobre el feto dentro del útero, condiciona y permite un rápido y no traumático nacimiento", afirma.
El proyecto del médico ecuatoriano tuvo su origen en la experiencia de las parteras indígenas que en las zonas andinas atienden el parto vertical (parto natural), con resultados más eficaces, menos sangrado, menos posibilidad de desgarros y mucho menos dolor. Cárdenas observó que con ese método las madres adoptaban la posición más cómoda posible (en si mismo un alivio), haciendo más fácil el alumbramiento y el trabajo de la partera que sólo recibía al recién nacido.
Ideó un proyecto sobre el asunto y construyó los módulos que unidos facilitaban el alumbramiento. Se trata de unos dispositivos para que las madres alumbren de forma vertical o de cuclillas (parto natural), mientras el médico, colocado atrás, podrá regular una especie de taburete para atender de mejor forma el alumbramiento.
El recién nacido, con la ayuda del médico, saldrá del vientre de su madre a una superficie acolchada, sin recibir tracciones ni rotaciones de cabeza, a diferencia de la experiencia con el fórceps.
El estudio determinó que en el momento del empuje final, la madre flexiona sus rodillas, lo que facilita el nacimiento en la superficie acolchada del módulo.
La creación del primer prototipo tuvo bastante éxito y las madres que lo utilizaron en el marco del proyecto (entre ellas tres holandesas), recomendaron su uso, aunque hicieron sugerencias.
Cárdenas y sus colaboradores desarrollaron otro prototipo para parto vertical (parto natural), cuya patente está en trámite, que mejora las condiciones y facilidades del primero y supera con mucho al método, horizontal.
"La atención del parto vertical (parto natural) genera ventajas importantes disminuyendo significativamente la hemorragia y el tiempo de duración del alumbramiento", afirma Cárdenas.
Su invento tiene el auspicio del Ministerio d Salud de su país y de la Fundación para la Ciencia y Tecnología (Fundacyt), además de la financiación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Cárdenas quiere difundir en todo el país el método del parto vertical, para que se atienda de esa forma en los hospitales públicos.
El prototipo y el método para el parto vertical pueden ser observados en Fundacyt y la Facultad de Ciencias Médica de la Universidad de la ciudad de Cuenca, donde se desarrolló el proyecto.
El médico quiere difundir su experiencia en foros internacionales, aunque también desea explicar varios de sus estudios sobre las ventajas de otros métodos de alumbramiento como el parto con acupuntura y el alumbramiento en agua, entre otros.
Cárdenas cree que el método del parto vertical (parto natural) será fácilmente aceptado en los países andinos, donde la; comunidades indígenas mantienen en su cultura esa modalidad de alumbramiento, así como el otras regiones del planeta donde se practica.
En países donde no se conoce el parto vertical (parto natural) Cárdenas cree que su aceptación será un poco más difícil, aunque su módulo se adapta a las condiciones de las mesas que se usan en el método de parto horizontal.

Postura del parto

Parece mentira que a pesar de todos los estudios realizados, todavía en la mayoría de los hospitales la postura de parto sea la tumbada boca arriba. La mujer debería poder elegir la postura de parto más práctica, cuando llega el momento de parir.
No hay una postura de parto idónea: depende de cada mujer y de cada momento. El instinto indica en todo momento cual es la mejor postura mediante un lenguaje infalible: la más cómoda es también la más fisiológica. Puede ser en el taburete obstétrico, en cuclillas, a cuatro patas, de pié, de rodillas, en la bañera, sentada en la cama, de lado... la única desaconsejable es la litotomía (tumbada, los pies en los estribos).
Concebida para comodidad del médico y para asegurar la posición de subordinación de la mujer, la posición tumbada durante la dilatación y el potro obstétrico en el expulsivo son reliquias del pasado, injustificables hoy en día a la luz de la evidencia científica.
En posición horizontal el coxis se dirige a lo algo, y el canal vaginal se estrecha. Por el contrario, en una postura vertical, y sobre todo en cuclillas, el coxis bascula hacia atrás, y los músculos que rodean la vagina se abren, lo que ensancha y acorta el canal vaginal. Si en dicha posición vertical, además, la mujer flexiona el tórax, como para querer observar la abertura vaginal, el coxis se abre aún más hacia atrás, ampliando la vagina en el sentido antero-posterior.
En el parto tumbada boca arriba, la vagina es una cuesta cuyo extremo se orienta hacia arriba, mientras que en la posición vertical, ya sea en cuclillas o en otra postura, la vagina se orienta directamente hacia el suelo. La mujer que da a luz tumbada debe empujar el bebé hacia arriba, por un canal más largo y estrecho, mientras que la que da a luz en vertical es ayudada por la fuerza de la gravedad, que no sólo atrae al bebé, sino a los órganos abdominales móviles, que se añaden al peso del bebé, facilitando la expulsión. Como pregunta el doctor Paciornik, ¿qué es más fácil, empujar un coche cuesta arriba o cuesta abajo?
En la mujer embarazada, el peso del útero aumenta la presión sobre la arteria aorta, la vena cava inferior y los vasos retro-perineales. La posición tumbada de espaldas incrementa la presión en la vena cava inferior, disminuyendo su calibre y aumentando el volumen de sangre en el tercio inferior del tronco y los miembros inferiores, lo que disminuye la sangre en circulación en el resto del cuerpo y concretamente en el útero. Al disminuir el oxígeno en el útero, el ritmo de las contracciones se altera. Entre otros efectos, lo más normal es que la mujer padezca de disnea, malestar, mareos por hipotensión y edema de piernas, y que el feto altere su ritmo cardiaco, emitiendo mensajes de sufrimiento fetal, que el monitor registrará puntualmente. Un simple cambio de postura, como, por ejemplo, tumbarse de lado, es con frecuencia suficiente para mejorar la circulación sanguínea.
En posición vertical, en cambio, este problema no se produce. Por el contrario, la mujer que dispone de libertad de movimientos suele adoptar la posición que menos entorpece la circulación del gran vaso que lleva la sangre de la placenta al feto.En posición vertical, la presión que ejerce el peso del bebé sobre los músculos del suelo pélvico ayuda a su relajación y dilatación. Esa presión genera un impulso nervioso que actúa sobre la hipófisis y estimula la liberación de oxitocina, hormona estimulante de la musculatura uterina, lo que contribuye a un progreso más rápido del parto. Se ha podido calcular que el tiempo de dilatación de 4 a 10 cm. en el caso del parto en posición horizontal es un 50 por 100 más largo que cuando la posición es vertical.
La posición tumbada, con los pies fijos en los estribos, deja fuera de juego las piernas, que son las masas musculares más poderosas del cuerpo, lo que reduce la capacidad de maniobra de la parturienta, y a reducida a causa de la postura. Además los músculos abdominales pueden ejercer una fuerza mayor cuando los pies están sobre el suelo.
En posición vertical las articulaciones de la cadera, reblandecidas por el efecto de las hormonas del embarazo, se abren para dejar paso al bebé. En posición horizontal, la pelvis queda inmovilizada y el reblandecimiento de las articulaciones no sirve para facilitar el parto.
La libertad de movimientos y de posición de la mujer es importante, ya que es el instinto -el cerebro primitivo- el que le guía para adoptar la posición más fisiológica. Esta sabiduría interna de la mujer de parto se observa, por ejemplo, en la frecuente necesidad, en una fase del parto, de realizar movimientos rotatorios. Estos movimientos facilitan los rotaciones que el feto debe realizar para colocarse y avanzar en el canal del parto, similares a los necesarios para sacar un anillo de un dedo, o descorchar una botella. En posición tumbada, el feto no dispone de esta ayuda de su madre.
En cualquiera de los casos, es más fácil para el bebé rotar sobre una fracción de su cabeza, en posición vertical, que rotar en posición horizontal. Esta última posición, además de incrementar notablemente la superficie de fricción, impide al bebé aprovechar la fuerza de gravedad y la labor facilitadota de los movimientos de su madre. Algunos estudios han demostrado que el parto se acorta y causa menos alteraciones del ritmo cardíaco fetal y menos moldeamientos del cráneo del feto cuando la mujer es libre para moverse y caminar durante las fases de dilatación y expulsión.
La expulsión de la placenta es también mucho más fácil en posición vertical que tumbada. La fase de expulsión de la placenta y sus dos accidentes principales, la hemorragia y la infección, han sido desde siempre las principales causas de mortalidad de las parturientas. Su expulsión se facilita por la posición vertical, por el bienestar térmico y por el estímulo que ejerce el recién nacido succionando el pezón, que acelera las reacciones hormonales de terminación del parto.
Por este motivo, la organización mundial de la salud recomienda explícitamente libertad total de movimientos y elección de postura, tanto durante la dilatación como en el expulsivo, lo que ha animado a muchos países a ir adecuado sus protocolos hospitalarios para garantizar este derecho de las mujeres.